domingo, 5 de julio de 2015

CHACHA WARMI Y EL NUEVO ROL DE LA MUJER EN BOLIVA
Desde los principios de la historia de Bolivia, el rol que ha tenido la mujer con respecto a su participación en el estado ha sido relegado siempre a segundo plano, pocos han sido los intentos de abrir espacios de debate y para formular políticas públicas que permitan la inclusión de la mujer en el ámbito político, Pilar Uriona identifica un conjunto de hitos históricos en relación al reconocimiento de los derechos políticos y el reconocimiento de ciudadanía de las mujeres, señalando que el sujeto de la ciudadanía era básicamente masculino en las seis primeras Constituciones Políticas del Estado (Uriona, 2009).
Con la formulación de la Nueva Constitución Política del Estado, las mujeres tuvieron la oportunidad de tener una mayor participación, las organizaciones de mujeres, articuladas entonces, en los que más adelante se denominaría “Movimiento de mujeres presentes en la Historia, realizar también una serie de acciones de incidencia para convertir en realidad la participación de las mujeres en la Asamblea Constituyente,  a través de la incorporación de la discusión de género y paridad en el debate de la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente (LECAC).
Es así que como producto de una mayor inclusión de la mujer, la nueva Constitución Política del Estado garantiza la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos, si bien las mujeres ahora más que nunca tienen un rol importante en el ámbito político, la estructura colonial y patriarcal del estado hace que este rol se vea seriamente limitado y en muchos casos negado, ante estas problemáticas la necesidad de plantear nuevas alternativas para la inclusión de la mujer son cada vez mayores, uno de estos es el denominado “chacha-warmi”, un concepto proveniente de la cultura andina que básicamente es uno de los ejes centrales que sustentan la complementariedad hombre/mujer en el mundo andino y que las mujeres y hombres de esta zona ven como modelo para tratar la inequidad de género que, supuestamente, existiría solo al exterior de esas comunidades. En su perspectiva, el chacha-warmi es “expresión de convivencia entre partes iguales o diferentes que tengan un propósito común”. En este sentido, el chacha-warmi “trasciende la relación hombre/mujer” para situarse como “relación de complementariedad sin asimetrías” en el propósito de coincidir y buscar juntos (hombre y mujer) “la perfección”(Sanchez, 2008).

Si bien este concepto parece tener una amplia aceptación en las comunidades del área andina, es importante mencionar que según el relato y las experiencias de las propias mujeres de estas comunidades, el “chacha–warmi” funciona siempre a la hora de asumir las responsabilidades productivas, pero señalan  que ya no es así en los espacios de participación social y política o de representación de la unidad familiar o de la pareja (Sanchez, 2008), por lo que uno pensaría que esta milenaria costumbre no seria nada mas que una simple asignación de derechos de participacion a las mujeres y que esta estrictamente limitado en el contexto de la producción agrícola y nada más.

Sin duda la necesidad de formular políticas públicas que permitan a las mujer poder tener mayores espacios y oportunidades para ocupar cargos jerárquicos es imperiosa, sin embargo lograr leyes que respalden a las mujeres no es el fin de este largo camino de cambio en la estructura  del estado, el problema principal se centra en la capacidad de poder cambiar  los pensamientos y paradigmas profundamente arraigados en la sociedad boliviana, que centran a el hombre como epicentro del entorno en el que este se desenvuelve.

BIBLIOGRAFIA
Ivonne Farah Henrich, Carmen Sánchez García (2008). Perfil de género Bolivia, La Paz – Bolivia: CIDES – UMSA.


Novillo (2011). Paso a Paso asi lo hicimos: Avances y desafíos en la participación política de las Mujeres. La Paz – Bolivia: Coordinadora de la Mujer.

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